viernes, 16 de diciembre de 2016

¿Quién trae la tortilla?

Vivimos en un proceso de transformación continua, donde el entorno que nos rodea va cambiando a consecuencia de acciones directas o indirectas de cada uno de nosotros. Pero por lo general, se reflexiona poco por las acciones del día día y sus interacciones con el contexto.

Universidades, empresas, Centros de innovación y otros agentes se centran en Europa 2020, que es la estrategia de crecimiento de la UE para la próxima década. El sueño de todos sería que la UE se convierta en una economía inteligente, sostenible e integradora. Para ello, la UE ha fijado cinco objetivos ambiciosos en materias de: empleo, innovación, educación, inclusión social y clima/energía que deberán alcanzarse para el año 2020; y se definen los objetivos: “Convertir la innovación en una prioridad para todas las regiones, Centrarse en la inversión creando sinergias y mejorar el proceso de innovación”.

…..Pero, qué es innovación?


Entendemos todos el verbo innovar….… Una innovación es la introducción de un producto (bien o servicio) o de un proceso nuevo o significativamente mejorado, o la introducción de un método de comercialización o de organización nuevo, aplicado a las prácticas de negocio, a la organización del trabajo o a las relaciones externas.

Algunas de estas actividades pueden ser innovadoras en sí mismas, mientras que otras no son novedosas pero son necesarias para activar la innovación.
Las actividades innovadoras incluyen aquella I+D que no se puede imputar directamente al desarrollo de una innovación específica.

No basta con que la innovación haya sido generada, sino que tiene que haber sido introducida o aplicada en el mercado. Un producto nuevo o mejorado se introduce cuando se presenta en el mercado. Los nuevos procesos, los métodos comerciales o los métodos organizativos se introducen cuando comienzan a ser utilizados en el proceso productivo o comercial.

“Una empresa innovadora es aquella que ha introducido una innovación durante un determinado periodo de tiempo”

La innovación conlleva incertidumbre, requiere inversión, sufre apropiaciones, utilización de nuevo conocimiento, etc... El objetivo es mejorar los resultados de la empresa consiguiendo ventajas competitivas o a través de la mejora de las habilidades para innovar.

En los últimos años, la clave está en gestionar la innovación mediante las personas. Equipos de innovación basados en el trabajo en equipo, son un intangible de alto valor añadido.
Los equipos de innovación son la pieza clave, fomentan el desarrollo y la creatividad de las personas, así como la socialización del conocimiento. Por ello, son fundamentales los procesos de generación, gestión y difusión del conocimiento dentro y fuera del equipo.

¿Qué significa trabajar en equipo?
 
“Trabajar en equipo” se define como la unión de personas organizadas de una forma determinada, las cuales cooperan con un propósito, meta de desempeño, compromiso y enfoque común.

Los procesos fundamentales en el funcionamiento del equipo son coordinación, comunicación, solución de conflictos si los hay, toma de decisiones, fijación de límites y objetivos, solución de problemas. 

Donde nace una necesidad de tener relaciones (actitudes, emociones, etc…) con las otras personas complementarias a uno mismo, para lograr retos que individualmente son inalcanzables.

Multitud de estudios han demostrado que los colectivos a menudo no aprovechan este potencial, porque son incapaces de utilizar eficazmente el conocimiento especializado de sus miembros. Sin embargo, hay pocos estudios sobre el papel de afecto en la toma de decisiones en grupo, a pesar que las emociones son omnipresentes en las interacciones grupales (Barsade y Gibson, 2007 y Huang, 2009). Es importante comprender cómo el afecto influye en el comportamiento del grupo.

Para poder realizar el estudio de la influencia del afecto, es necesario conocer la composición del grupo, los estados afectivos de cada integrante del grupo. El estudio de estos patrones es importante porque comprender la composición afectiva específica de un grupo permite investigar explícitamente cómo influyen los estados afectivos de los miembros del grupo en su comportamiento y, además, cómo interactúan para influir en la toma de decisiones en grupo como un todo (Jehn et al., 2010 Y Klein y Kozlowski, 2000). 

Para aclarar y ampliar las conclusiones anteriores, nos centramos en un estudio realizado en la Universidad de Nueva York “FORDHAM”, donde se realizaron dos estudios para investigar cómo los patrones específicos de afecto (tanto positivos como negativos) existentes dentro de los grupos de toma de decisiones de tres miembros, influyen en los procesos de intercambio de información y en el desempeño de toma de decisiones tanto a nivel individual como grupal.


Este estudio se baso en las siguientes hipótesis:

 
H1a: Los individuos que experimentan afecto positivo compartirán más de su propia información única con los miembros del grupo de compañeros, que los individuos que experimentan un efecto neutral.

H1b: La confianza medirá la relación positiva entre el afecto positivo y la iniciación del intercambio de información único.

H2: Los individuos que experimentan un afecto neutral agrupados con individuos que experimentan afecto positivo, compartirán más de su propia información única que los individuos que experimentan un afecto neutral agrupados con otros individuos que experimentan un afecto neutro.

H3: Los grupos que contengan al menos un miembro que experimente un efecto positivo, tomarán mejores decisiones que los grupos que no contengan miembros que experimenten un afecto positivo.

H4: La confianza medirá la relación negativa entre el afecto negativo y la iniciación del intercambio de información único.

H5: Los individuos que experimentan un afecto negativo agrupados con individuos que experimentan afecto positivo compartirán más de su propia información única que los individuos que experimentan un afecto negativo agrupados con individuos que experimentan un afecto neutral u otros individuos que experimentan un afecto negativo.

Los resultados de los dos estudios presentados demuestran claramente la importancia de investigar los patrones cognitivos y afectivos específicos que existen en los grupos, además de los constructos de nivel de grupo, mostrando que la interacción de estados emocionales específicos que existen en entornos grupales puede tener un gran impacto en los procesos de grupo y los resultados (Jehn et al., 2010 y Klein y Kozlowski, 2000).

Por último, en términos de practicidad, debe tenerse en cuenta que independientemente de los estados afectivos iniciales del miembro del grupo, el uso de una metodología simple para inducir un efecto positivo al inicio de una reunión grupal puede ser beneficioso en términos de intercambio de información y toma de decisiones. Incluso si no es suficiente para que los miembros del grupo se sientan mejor, su interacción con sus compañeros de equipo feliz mejorará el rendimiento del grupo, e incluso puede mejorar su estado de ánimo.
Teniendo todo esto en cuenta, puede resultar positivo iniciar cualquier inicio de trabajo de los equipos de innovación con unas tortillas, que favorezcan un clima positivo de relaciones entre los miembros del equipo.

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